El mundo del
transporte ferroviario de carga es desconocido para muchas personas,
incluso entre quienes pertenecen al mundo logístico. Ello se debe, en
buena medida, a que el ferrocarril tiene un peso muy bajo dentro del
mercado del transporte nacional, en términos de toneladas, y sobre todo
en cuanto a número de fletes.
En
términos generales, el uso de transporte ferroviario de carga es
favorable para grandes embarques, a los que permite obtener bajos costos
de transporte, baja accidentabilidad y una reducida huella de carbono.
En la medida que estas dos últimas ventajas aumenten su valoración
social y de mercado, más relevante debería volverse el ferrocaril en la
cadena logística.
A pesar de muchas
propuestas de tecnologías alternativas, el transporte ferroviario de
carga se efectúa mediante trenes, donde la carga se lleva sobre vagones
que van remolcados por una o más locomotoras. Con esta configuración, a
más largo el tren, menor es el costo unitario, ya que se aprovecha mejor
la infraestructura, el personal del tren, y la resistencia al viento.
En Estados Unidos,
donde los volúmenes a transportar son elevados y el foco de las empresas
de transporte ferroviario está en la carga por sobre los pasajeros, el
ferrocarril mueve más toneladas-kilómetro en recorridos interurbanos que
los camiones (alrededor de un 40% en los trenes y de 30% en los
camiones). En Japón y la Unión Europea, el transporte ferroviario de
carga tiene una importancia marginal (en promedio no superior a un 10%
del total de las toneladas-kilómetro), ya que gran parte de de la
infraestructura existente está utilizada por transporte ferroviario de
pasajeros. En todo caso, en Europa no existe uniformidad de criterios
para el ferrocarril, y se observan diferencias sustanciales según el
país. Así por ejemplo, Alemania favorece mucho más el ferrocarril de
carga que Francia, nación que otorga prioridad al transporte de
pasajeros de alta velocidad. A pesar de lo anterior, es actualmente
prioridad de la Unión Europea el potenciamiento del transporte
ferroviario de carga.
TIPOS DE TREN
Para mover carga por
ferrocarril se utiliza en términos generales tres tipos de tren: el
unitario, el carguero mixto y el intermodal.
El tren unitario es
aquel en que todos los vagones están dedicados a un solo embarque, y su
diseño es específico según el tipo de carga de que se trate. Estos
trenes viajan continuamente entre el origen y el destino de la carga,
lleno de ida y vacío al regreso. Para un tren, existe un solo cliente,
un solo origen y un solo destino, e incluso puede haber más de un tren
dedicado a un solo servicio.. Por lo general se utiliza para el traslado
de minerales, carbón y otras materias primas, aunque también es posible
destinarlos al transporte de productos de bajo valor, especialmente en
trenes más cortos. Por su simplicidad operacional, es el que presenta
las mayores ventajas comparativas frente al camión, aunque para ciertos
trazados puede rivalizar incluso con los ductos u otros sistemas
mecanizados de transporte.
Una restricción
importante para este tipo de tren es que se debe tener acceso
ferroviario e instalaciones adecuadas tanto en el lugar de origen como
el de destino. Además, estos accesos requieren un tamaño suficiente como
para poder maniobrar todo el tren al interior de ellos.
El carguero mixto es
un tren que está formado por vagones que mueven varios embarques. Para
ello, cada embarque (que puede ser uno o más vagones) es tomado en el
origen y llevado a un patio donde se lo junta con otros embarques hasta
formar un tren. En caso de ser necesario, los vagones pueden formar
parte de varios trenes antes de alcanzar el lugar de destino. Por ello,
un mismo convoy puede tener varios orígenes, varios destinos, y varios
clientes. Este tipo de transporte compite de forma más directa con el
camión, ya que se trata de embarques de menor tamaño que son movidos con
mayores costos, que el tren unitario. Por sus características, es
frecuente que estos trenes se utilicen para el transporte de productos
industriales intermedios, como metales refinados, productos químicos,
fertilizantes, cereales, todos los cuales requieren vagones de diseño
especializado.
Estos trenes también
requieren de instalaciones en los puntos de origen y destino. Sin
embargo, debido al menor tamaño de los embarques, estas instalaciones
pueden tener un tamaño más reducido.
Finalmente, existe
el tren intermodal. Aquí, las cargas son traídas en camiones desde sus
lugares de origen hasta una estación de transferencia, donde son puestas
sobre un tren. El ferrocarril transporta las cargas hasta otra
estación, cercana al lugar de destino, donde las cargas son puestas
nuevamente sobre un camión para finalizar su viaje. En este caso, el
tren suele tener un solo origen y un solo destino, pero varios clientes.
En el tren
intermodal, se utilizan unidades como contenedores o semirremolques que
se llevan sobre carros especiales para transporte intermodal. A
diferencia de los casos anteriores, los carros tienen una menor
especialización, ya que deben estar preparados para llevar contenedores o
semirremolques, pero no hace diferencia si estos últimos van cargados
en su interior con juguetes, repuestos de maquinaria o ropa de
temporada. Además, los lugares de origen y destino no requieren de
acceso ferroviario, ya que las cargas llegan y salen en camiones.
Este tipo de
transporte se adapta mejor a cargas palletizadas de mayor valor, ya que
los contenedores sobre camiones pueden operar directamente en los
andenes de carga de fábricas, tiendas, bodegas y centros de
distribución. También se utiliza como conexión entre puertos y
localidades interiores, ya que permite transportar los contenedores
marítimos desde el terminal marítimo con un menor costo unitario.
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